Si estás pensando en viajar a México y vas a acercarte a su costa caribeña, Holbox es un nombre que debes guardar en tu memoria. Muchos viajeros coinciden, y yo soy una de ellas, en que es sin duda el lugar más bonito y mágico de toda la Riviera Maya.
Aguas poco profundas que cambian de color dependiendo del día, pero donde no faltan los azules turquesas y los verdes aguamarina. Atardeceres que se encienden en fuego. Luces que nacen del mar. Fauna salvaje. Calles sin asfaltar.
Muchas personas llegan a la isla con la idea de quedarse un día, y tras descubrir sus encantos no pueden más que alargar su estancia. Los días se vuelven semanas, las semanas se vuelven meses. Muchos son los que se quedan atrapados en el bucle temporal de esta isla caribeña. De hecho, Holbox significa hoyo negro, y dicen que recibe este nombre porque es una isla que atrapa, que te envuelve con su energía y que no te deja ir.
Yo lo experimenté en mis propias carnes y tras haber estado allí dos semanas, ahora solo pienso en volver.
Si no quieres perderte ninguno de los mejores planes que hacer en la isla sigue leyendo, porque aquí te cuento que 10 cosas no te puedes perder de esta isla mágica.
1. Caminar por Punta Mosquitos

Todo el mundo habla de Holbox como una pequeña isla, sin embargo, la isla cuenta con una extensión considerable, pero solo es posible visitar una quinta parte de su superficie. El resto de isla forma parte de la Reserva de la Biosfera de Ek Balam y está prohibido el paso a los turistas. En esta reserva podemos encontrar una gran biodiversidad, donde predominan los manglares, los cocodrilos y las aves como los flamencos, pelicanos o águilas pescadoras.
Dentro de la parte de la isla que sí se puede visitar encontramos dos puntas: Punta Cocos y Punta Mosquitos. Llegando a Punta Mosquitos encontramos, las que para mi son, las playas más bonitas de toda la isla. Esta es la zona donde podrás encontrar los colores más caribeños en el mar, donde un agua cristalina se mezcla con arena blanca y fina.
Según nos vamos acercando a los manglares de Punta Mosquitos, podremos ver en el mar una lengua de arena. Os recomiendo cruzar y caminar por el banco de arena hasta el final, donde encontraréis una cadena que advierte que a partir de ese punto está prohibido pasar. Ese es el lugar desde donde se tienen más oportunidades para ver flamencos, que normalmente se paran plácidamente, en ese lugar donde no llega casi gente, y remueven la arena con sus patas para comer lo que sale a flote en la superficie.
Los dos km que se camina por el banco de arena están llenos de belleza. A un lado vemos el mar y el horizonte, al otro los manglares y el canal. Ante nosotros un precioso banco de arena, donde se posan diferentes tipos de aves que salen volando en bandadas en cuanto te acercas un poco. Es importante ir mirando al suelo mientras se camina, pues el lugar está plagado de manta rayas y cacerolas de mar. Ambas te pueden hacer pasar un mal rato si las pisas por casualidad.
Si tienes tiempo, te recomiendo ir un día por la mañana, cuando todos los colores del mar brillan con pleno esplendor, y otro día por la tarde, para el atardecer. Por la mañana puedes quedarte en el banco de arena o puedes ir a la zona de playa de los manglares. En esa zona, el fondo es un poco más lodoso, pero la privacidad y el entorno salvaje hacen que merezca la pena la experiencia.
Por la tarde, te recomiendo caminar hasta la punta por el banco de arena y esperar allí a que se ponga el sol. No a mucha gente se le ocurre esta idea, ya que luego hay que ganarle a la noche para volver. Por eso, lo más seguro es que estés allí solo. La sensación de soledad en lugares hermosos y remotos, es para mi una de las mejores que se pueden experimentar. Una vez se pone el sol, debes comenzar a caminar de vuelta, ya que quedan dos km caminando por el mar, hasta cruzar el canal de nuevo y llegar a tierra firme. Por circunstancias, puede que se te haga de noche por el camino, así que por si acaso lleva un frontal o alguna luz, y recuerda que la luz atrae a los peces, así que no te asustes si algunos comienzan a chocar contra tus pies.
Ah, y no olvides el repelente, los mosquitos son voraces y el nombre de esta punta no es casual.
2. Atardecer en Punta Cocos

Punta Cocos se encuentra en el otro extremo de la isla y es sin duda mi lugar favorito para ver el atardecer. La playa, en esta punta, está repleta de manglares, lo que le da un toque bastante particular. Esto también hace que el agua adquiera un color algo más verdoso y el fondo marino consistencia fangosa.
En Punta Cocos podemos encontrar una formación bastante particular, ya que a un lado tenemos el mar y al otro una laguna que luce espectacular. En la playa las aguas son muy poco profundas, así que si quieres sumergirte un poco más puedes cruzar a la laguna dando cuatro pasos. Eso sí, ándate con ojo, porque dicen que en esas aguas nadan a veces cocodrilos. Pero no te preocupes demasiado, ya que esos animales tan temidos siguen sintiendo más miedo por los humanos que nosotros por ellos.
Hay algún chiringuito de playa donde puedes encontrar cerveza fría para amenizar el atardecer. A parte de eso, paz y tranquilidad. Siéntate en la arena, túmbate en el mar, y disfruta de ese espectáculo que se proyecta cada tarde en la isla de Holbox.
3. Sumergirse en la bioluminescencia
Tras el atardecer no tendrás que ir muy lejos para ver la magia suceder, pues Punta Cocos es el mejor lugar de la isla para ver este fenómeno. La bioluminescencia se da gracias a ciertas formas de vida marina que brillan y emiten luz en contacto con el oxígeno. En la laguna, se encuentra una gran concentración de una de las algas que produce este efecto.
He de decir que yo ya había visto este fenómeno en diferentes lugares del mundo, pero nunca antes con la intensidad con la que lo vi en Holbox.
Mientras te vas recuperando de la caída de los naranjas, rojos y violetas que han plagado el cielo, la oscuridad ganará terreno y las estrellas comenzaran a brillar en el firmamento. De repente, con el movimiento de tus pies en el agua comenzarás a percibir unos pequeños destellos. A partir de ese momento, solo hay que esperar a que la magia ocurra. Según la noche vaya ganando terreno, el mar comenzará a iluminarse con tu movimiento y comenzarás a ver estrellas azules naciendo del agua.
Querrás sumergirte, nadar, correr, mecerte. Hazlo todo, y a distintas velocidades, pues la experiencia varia completamente dependiendo de tu movimiento.
Ve a la laguna y date un baño de agua caliente. Es ahí donde se supone que se puede ver de forma más intensa. Mi experiencia es que se ve mejor en el mar, y también se está más tranquilo, ya que es a la laguna donde acuden todos los tours. Las luces que usan para guiarse por el camino y el vociferio hacen que la experiencia pierda encanto.
La bioluminescencia es un fenómeno que se puede admirar en Holbox durante todo el año, pero la mejor temporada para verla es de mayo a septiembre. Para poder verla se necesita oscuridad, así que se debe estar atento a las fases de la luna. El mejor momento es la luna nueva. A partir de esa fase hay que controlar las horas de salida de la luna e ir a verla antes de que salga o una hora después de que se haya puesto.
Último consejo, no pagues por un tour. La naturaleza está ahí para que la disfrutes sin costo.
4. Punta Ciricote

Desde la laguna, podrás ver al otro lado un muelle y unas cuantas playas vírgenes que te harán querer cruzar a nado. Esa zona recibe el nombre de punta Ciricote. No es muy conocida y casi nadie se aventura a ir. Para llegar deberás tomar un camino por el interior de la isla. Puedes caminar hasta el final, desde donde podrás admirar Isla Pasión muy cerca de la costa.
Esta si que es una zona de muchos cocodrilos, así que ándate con ojo. Cuando esté llegando la hora violeta acércate al muelle a ver el atardecer en un entorno de postal. Si te aventuras a quedarte un rato más es muy interesante cómo se ve la bioluminescencia desde el muelle, ya que el agua se ilumina con el paso de los peces y las olas crean estrellitas al chocar contra la arena.
5. Hacer kayak en el canal de Kuka

La excursión en kayak por el canal de Kuka es una de las experiencias más bonitas que puedes vivir en la isla de Holbox. Muy poca gente sabe que adentrarse en los manglares es posible y se van de la isla sin haber visitado tal paraíso.
El canal se encuentra en la zona de Punta Mosquitos, y a través de el se navega en kayak hasta el otro lado de la isla y paleando entre diferentes afluentes. En este lugar predomina la calma y las aguas mansas. El verde lo inunda todo, las aves sobrevuelan la zona sin inmutarse con la presencia humana, y el canal, está normalmente, lleno de flamencos.
También es muy fácil ver cocodrilos, y estos pueden llegar a medir hasta 7 metros. Si quieres tener más oportunidades de verlos es mejor ir con la marea baja, cuando suelen subir a los bancos de arena para tomar el sol.
Las excursiones salen a primera hora de la mañana y a primera hora de la tarde y se pueden conseguir por 650 pesos.
6. Vivir México en la plaza del pueblo

Holbox es un pueblo pequeño, y como todo pueblo mexicano, el barullo nace en su plaza central. Este espacio suele estar tranquilo durante el día, pero por la noche bulle de vida. Alrededor de la plaza se colocan diferentes puestos de comida rápida, barata y deliciosa. Tacos, burritos, tortas y marquesitas hacen las delicias de los viandantes.
También puedes disfrutar de una pequeña feria y de todos los locales cercanos a la plaza que ofrecen diferentes cocktails y bebidas.
En la plaza verás una construcción en forma de concha que es donde se hacen los espectáculos en la isla. Esta construcción es muy curiosa, ya que juega con el sonido. Si vas con alguien, colocaros cada uno en una punta de la concha y hablad muy bajito. Se os pondrán los pelos de punta, ya que la otra persona sentirá como alguien le grita al oído.
7. Admirar el arte Callejero

La calles de Holbox están llenas de murales preciosos. Los muros, las casas y las paredes de los los locales están llenas de color. Sin duda es un planazo perderse por sus calles y admirar las diferentes obras.
8. Recorrer la isla en bici

La parte de la isla que se puede visitar no es muy grande, y de Punta Cocos a Punta Mosquitos solo hay 1h y 15mins caminando. Aún así, es tremendamente recomendable alquilar una bici y recorrer todos los rincones de la isla. En algunos tramos se puede pedalear por la playa, lo que bajo mi punto de vista es una experiencia increíble.
Los caminos del interior son muy divertidos de transitar, ya que al no estar asfaltados están llenos de baches y charcos, lo que hace el recorrido muy entretenido.
9. Bailar salsa en la Hot Corner
Si hay algo que no puedes perderte de Holbox es su vida nocturna. El epicentro de la fiesta de la isla se encuentra en un local muy cercano a la playa que se llama Hot Corner. Este local está en un cruce de calles y toda la gente se reúne fuera para beber y bailar salsa. Hay un supermercado en la esquina donde se puede comprar bebida, por lo que la fiesta suele resultar bastante económica.
Cuando el local cierra la pista de baile se translada a la playa donde la gente usa altavoces para crear diferentes ambientes. Es allí donde se puede acabar bailando hasta el amanecer.
10. Degustar comida deliciosa.

La comida es una de las virtudes de este maravilloso país que es México. La isla de Holbox no es un lugar barato, pero aún así hay algunos lugares donde se puede degustar comida deliciosa a muy buen precio.
Las Panchas es un conocido restaurante donde se sirve pescado cocinado al estilo local. Las raciones son generosas, la comida muy buena y los precios muy aceptables.
Si tienes antojo de pizzas no hay un sitio mejor que The Roots. Las pizzas son deliciosas, y el ambiente es genial. De hecho, normalmente tienen música en directo.
Como última recomendación y la que en realidad es mi favorita, es la de Antojitos Kanasin Está cerca de la plaza central y sirven un puñado de platillos tradicionales que quitan el hipo con su intenso sabor. Probar su sopa de pollo es una obligación.
10+1. Nadar con el tiburón ballena
La actividad de snorkel con el tiburón ballena es un gran atractivo para los turistas de la isla, y es por eso que las operadoras se encargan de promocionarlo sin descanso. Sin embargo, la realidad es que el punto de avistamiento está bastante alejado de la isla y por eso, realizar el tour desde allí es bastante más caro que desde otros puntos. Si vas a ir a Isla mujeres y quieres hacer el tour, es mejor realizarlo desde allí. En Holbox los precios rondan los 2.800 pesos y en Isla Mujeres se puede conseguir por 2.000 pesos.
Esta actividad era algo que quería hacer desde mucho tiempo atrás. Había tenido la oportunidad de hacerlo en otros lugares, pero había escuchado opiniones sobre lo poco sostenible que era la práctica y lo poco respetuosa que era con el animal. Sin embargo, escuché y quise creer que aquí en México era diferente.
El tiburón ballena solo puede verse en estas costas desde mayo a septiembre, cuando pasa por aquí para comer el plancton que se condensa en la superficie marina de esta zona del Caribe.
El tour consiste en ir en una lancha hasta el lugar de avistamiento. Una vez allí comienzas a ver alguna aleta gigante en el mar. Te sientas en la parte trasera del barco y sin darte tiempo a respirar te dicen que te lances al mar.
Cuando yo me lancé, y tras disiparse las burbujas que provocaron mi caída, vi a un tiburón ballena gigante dirigiéndose con la boca abierta directo hacia mi. Nos habían advertido de que no podíamos tocar al animal, y por supuesto no estaba en mis planes molestarlo. Sentí que debía levitar para no tocar su piel. La experiencia me mantuvo en shock durante minutos. Por un lado sentí miedo, por otro sorpresa, por otro pena… Ese animal era majestuoso, increíble, y la verdad es que estábamos jodiéndole el día.
Cuando se me pasó el shock y pude observar la situación como espectadora, no me gustó nada lo que vi. Dos tiburones ballena eran rodeados por muchos barcos. Alguno de ellos pilotados por capitanes agresivos que cruzaban en la frente del animal para que sus clientes pudiesen lanzarse al mar y nadar con él.
Había demasiada gente, y demasiado poco respeto. Todas las personas que fuimos coincidimos en que no lo volveríamos hacer. Y que si hubiésemos sabido lo que estábamos haciendo, nunca habríamos contribuido a algo así.
Por supuesto, esto es una decisión muy personal, pero sinceramente creo, que si queremos ser responsables, y no fomentar el maltrato animal, esta es una actividad que no deberíamos plantearnos.